viernes, 22 de mayo de 2009

Humberto Robles, vitalidad dramática


Hoy en día la vida parece sonreírle a este dramaturgo mexicano. A sus 44 años ha logrado que sus textos teatrales sean continuamente representados a lo largo y ancho de la geografía mundial y lo más asombroso aún, es que a través de sus obras ha logrado introducir su teatro en la comunidad hispanoamericana, logrando incluso el reconocimiento de la prensa española.


El éxito de Humberto Robles es todo un fenómeno mundial. Uruguay, Brasil, Argentina, Puerto Rico, Chile, Costa Rica, Cuba, Paraguay, Italia, España, Francia, Escocia, Inglaterra, Portugal y Estados Unidos, han sido algunos de los principales países en los que continuamente suben a las tablas piezas teatrales escritas por este autor.


Venezuela no se escapa de este fenómeno, pues a comienzos de 2009 el dramaturgo mexicano, obtuvo el primer lugar en el Décimo Concurso de Dramaturgia para adultos organizado por la Fundación La Barraca en Ciudad Guayana. Robles, participó en el certamen con la pieza teatral “El arca de Nohelia” y obtuvo el máximo premio luego de que el jurado la seleccionara entre 97 textos dramáticos de diferentes países.


Como si se tratara de una ironía de la vida, esta obra fue escrita por el autor en un momento muy difícil de su vida. Todo comenzó cuando le diagnosticaron que era portador del VIH. Su mente se debatía entre las dudas, lo temores y la depresión constate, pero lejos de dejarse vencer, decidió asumir su realidad con valentía y comenzó a escribir la pieza teatral como una forma de compartir su historia.

TEATRO POLÉMICO

Robles, es un dramaturgo con una amplia conciencia social. De allí que la mayoría de sus obras encaren temas de amplia trascendencia. A su juicio, “pertenecemos a sociedades y a veces eludimos ciertos temas; pero es hora de enfrentarlos, encararlo y llevarlos al escenario, porque ese es el lugar idóneo para exponerlos. Hay que hacer que la gente piense en ellos”.

Al preguntarle de dónde surgen los temas de sus piezas teatrales ineludiblemente responde que del mundo que le rodea. “Las cosas que me preocupan, inquietan, conmueven, que me dan rabia o impotencia ante las injusticias que prevalecen en México, pero también en el resto del mundo. Busco un tema o el tema me encuentra y trato de transformarlo en una historia”.

Confiesa que su teatro es “inevitablemente un teatro político y social”. Para él sus obras son un discurso escrito y hecho para un público con una labor social. “Creo que el teatro puede sacudir conciencias, educar, instruir y mostrar al público algo que desconoce. El teatro es un pódium desde el cual expongo mi discurso que es libertario, renovador, rebelde y contestatario".


Manifiesta que todas sus obras son un reflejo de lo que piensa. “Mi propuesta es una invitación a la reflexión, a reírse de cosas serias, a conmoverse con momentos poéticos. Me alejo del entretenimiento vacío; no me interesa hacer reír al espectador con un melodrama sin contenido; hay un discurso claro y definido que es totalmente intencional”.




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